27 Feb Desde el Polo Norte
El P. Daniel Perreault CMM es un misionero de Mariannhill que trabaja desde hace años en aquella zona conocida como el Polo Norte y que para la inmensa mayoría de nosotros es del todo desconocida.
En su última carta circular [Diciembre de 2022] habla de su trabajo en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción en la ciudad de Iqaluit, capital del territorio autónomo de Nunavut [Canadá], y de la visita que realizó el Santo Padre a la ciudad donde está ubicada esta parroquia católica donde trabaja.
Compartimos con los lectores de Familia Mariannhill lo que escribe en la mencionada carta el P. Daniel.
Ha pasado un año desde mi última carta circular, escrita en diciembre del 2021. En aquel mes, justo antes de Navidad, las autoridades sanitarias decidieron cerrar todo. Tuve que celebrar las fiestas de Navidad solo. Fueron unas semanas especialmente difíciles para la comunidad cristiana a la que sirvo. Justo antes de la Semana Santa del 2022 las autoridades volvieron a autorizar las reuniones en los lugares de culto. Pudimos celebrar el Triduo Pascual y preparar a algunos niños para su Primera Comunión. Aunque, poco a poco la vida parroquial fue volviendo a la normalidad, la composición de la parroquia de Iqaluit había cambiado mucho. Mientras algunos feligreses se habían mudado, otros nuevos llegaban. En su mayoría los fieles católicos de nuestra parroquia se concentran en Iqaluit por razones médicas o laborales. Casi un tercio son de origen africano, otro tercio es de origen asiático y el resto de origen canadiense. Los católicos del lugar son una minoría en comparación con los anglicanos.
Fue una sorpresa cuando en mayo del 2022 nos enteramos que el Papa en su viaje a Canadá iba a visitar nuestra ciudad. Uno hubiera pensado que la agraciada para tal visita hubiera sido la ciudad de Rankin Inlet, al oeste de la Bahía de Hudson, ya que en su área es donde vive la gran mayoría de los católicos; además es donde se encuentra la única escuela federal dirigida por católicos en todo el territorio de Nunavut. Sin embargo, el aeropuerto de Iqaluit era el único que podía garantizar con seguridad el desembarco del Papa. Fue una gran alegría escuchar esta noticia. De hecho unos meses antes, en marzo del 2022, algunos representantes de los pueblos originarios de Canadá de estos territorios se habían reunido con el Papa en Roma.
Desde mayo hasta la última semana de julio apenas tuvimos tres meses para preparar la visita papal a nuestra ciudad. La organización de la misma se nos presentaba como una especie de carrera de obstáculos, tanto por razones prácticas como sicológicas. La responsabilidad de la organización se confió a los líderes de Nunavut Tungavik Inc., que carecían de experiencia en este tipo de actividades. Afortunadamente, se pudo contar con la ayuda de algunos representantes de la RCMP – Real Policía Montada de Canadá -, que tienen en su haber bastante experiencia. Primero tuvimos que elegir los lugares más apropiados para la audiencia semiprivada y la audiencia general con el Papa; luego tuvimos que preparar adecuadamente estos lugares y sus alrededores para que todo estuviera listo y seguro para todos y para el Papa. Además tuvimos que organizar el viaje de un gran número de personas que querían conocer al Papa y de muchos pueblos de Nunavut. Afortunadamente el Gobierno Federal se hizo cargo de pagar estos viajes.
La gente de las comunidades de pueblos originarios de Canadá, los antiguos alumnos de las escuelas federales – una de ellas dirigida por católicos -, se mostraron desde un principio muy receptivos y acogieron con satisfacción la visita papal. Igual satisfacción mostraron los cristianos anglicanos. Los que me conocen saben que soy un tipo prudente y moderado. Puse, por ello, especial cuidado en evitar tensiones innecesarias y no provocar conflictos con los líderes de las asociaciones de los pueblos originarios. Por ello, las negociaciones con dichos líderes Inuit fueron mucho más laboriosas. Desde un primer momento su objetivo era encontrar culpables de supuestos o reales malos comportamientos de los católicos en tiempos pasados para así poder humillarlos. Recuerdo que tres días antes de la llegada del Papa eliminaron de la lista de los que se iban a beneficiar del transporte para el encuentro con el Papa a los católicos Inuit. Providencialmente una empresa minera accedió a llevar completamente gratis a nuestra gente en sus propios aviones. Los líderes Inuit también rechazaron colocar cualquier símbolo religioso en el lugar donde el Papa tendría la audiencia pública. Se negaban a que se realizara cualquier oración durante dicha audiencia. Costó mucho tiempo y energía poder finalmente cantar el Padrenuestro en Inuktitut después del mensaje del Papa.
Sin embargo, a pesar de que hacía frío y viento, la gente acudió al encuentro. El mensaje del Santo Padre fue verdaderamente un mensaje de paz y reconciliación. Nos recordó que poniendo a Cristo en el centro de nuestras vidas, éstas cobran sentido y todo se vuelve posible. Animó a los jóvenes a enraizar sus proyectos de vida en la herencia cultural recibida de sus antepasados y a dejarse animar por su testimonio evangélico. Las personas presentes, tanto Inuit como de otras culturas, así como de todas las denominaciones cristianas, vivieron este momento como un regalo del cielo. El momento de oración con el Papa Francisco, aunque breve, fue una oportunidad para un encuentro real de los cristianos con Dios, nuestro Padre.
En otra ocasión he hablado de la publicación de un conjunto de libritos con historias bíblicas para niños. Se trata de 30 libritos con ilustraciones, publicados por la Sociedad Bíblica Canadiense, donde se narran historias bíblicas para ser contadas por un adulto de la familia. En cada uno de los libritos, después del texto bíblico correspondiente en inglés, aparece algunas palabras clave en lengua Inuktitut, haciéndolo así accesible a los Inuit de todas partes de Nunavut. Dado que a los padres Inuit les encanta contar historias a sus hijos, creo sinceramente que estas historias bíblicas son una maravillosa oportunidad para que los padres transmitan la fe a sus hijos. Así es como se puede comenzar la evangelización. El núcleo de cada librito es una historia bíblica con dos o tres palabras clave en cada página y una hermosa ilustración. Cada historia comienza y termina con una breve oración para que la Palabra viva de Dios sea transmitida y experimentada por los niños. Los padres también se preparan para responder con sus propias palabras cualquier pregunta que pudieran tener sus hijos.
Creo que esta iniciativa puede unir a padres e hijos en una hermosa experiencia de encuentro con Dios, especialmente cuando los niños se preparan para dormir. Todo esto ha llevado mucho tiempo de preparación. Las labores de impresión de los libritos tardó mucho más de lo esperado, debido al parón de la pandemia. Ahora están listos. Por supuesto, que esta iniciativa no hubiera sido posible sin la ayuda de muchos y generosos benefactores, a quienes me gustaría agradecérselo de todo corazón.
P. Daniel Perreault CMM
Misionero de Mariannhill