02 Ago Testimonio de Paul Sökler Sánchez: “Mi experiencia con Marianhill en Colombia“ (Octubre 2015 – Julio 2016)

El joven Paul Sökler Sánchez, natural de Tübingen (Alemania) y de 18 años de edad, ha realizado una experiencia social en el período comprendido entre Octubre del año 2015 y Junio del 2016. La experiencia fue realizada en Colombia y estuvo centrada en dos localidades específicas: Bosa, un barrio en la periferia de la ciudad de Bogotá, y Montañas del Totumo, un corregimiento del municipio de Paz de Ariporo, situado en los Llanos orientales de Colombia.
La elección de estos dos lugares específicos se debe a que Paul quiso hacer la experiencia con los Misioneros de Mariannhill y es en estos dos lugares donde los misioneros están trabajando. Una experiencia de este tipo se califica por el impacto que ésta crea en la persona que la realiza y en las personas con los que vive dicha experiencia, a través de los contactos y las actividades de tipo social que se realizan durante ese tiempo.
La experiencia social y/o misionera es una toma de contacto con otras realidades humanas y sociales, orientada a motivar una reflexión de una parte y de otra:
1.- Para el que realiza la experiencia, la reflexión es un tiempo de ver, sentir y compartir… abriéndose al otro, mientras, interiormente, se plantea su forma de vivir y abre un camino de búsqueda que dé sentido a su vida futura. Dicha reflexión pasa por un asombro que desemboca en curiosidad, interés y, la mayor parte de las veces, en admiración… para quedarse con un sentimiento de añoranza y de esperanza a la vez. Paul vivió este tiempo con los Misioneros de Mariannhill, desarrollando sus actividades con niños y con jóvenes.
Paul mismo califica, así, su experiencia: “En total ha sido una experiencia muy bonita y he hecho muchos amigos. He tenido mucha libertad de actuación y nunca he sentido aburrimiento. Personalmente, me ha servido mucho la experiencia. Además del contacto con otras personas y las buenas amistades que he hecho, siento que ahora tengo mas confianza en mí mismo que antes. Lo que más me impacto fue ver que tambien se puede vivir de una manera muy diferente, como en los Llanos, sin internet y sin tecnologia, pero, aun asi, uno esta super feliz“.
2.- Por parte de los beneficiarios de la experiencia, es más dificil recoger todas las opiniones, baste la de una madre de familia: “Mis hijos y los otros niños le echan tanto de menos; no estan acostumbrados a ver jóvenes tan sanos, dispuestos y alegres“.
Como responsable de los Misioneros de Marianhill, sólo puedo afirmar que estas experiencias son una oportunidad que muchos jóvenes deberian realizar, por lo que las congregaciones misioneras deben crear un espacio para estos jóvenes. No es lo mismo que los jóvenes hablen o se les hable de los hermanos menos favorecidos o que los mismos jóvenes vivan con estos hermanos menos favorecidos. Nosotros, los Misioneros de Mariannhill en Colombia, lo hicimos con Paul y todos afirmamos: “Quedamos muy satisfechos y Paul era considerado ya como uno más de la familia“.
Bogotá 29 de Julio 2016
Padre David Fernández Díez CMM
davidcmm@hotmail .com
Escuchemos, ahora, al propio Paul:
«Cuando llegue a Bogotá no sabia muy bien qué esperar de esta experiencia, pero los Misioneros de Mariannhill y los jovenes de la zona me hicieron sentir muy bienvenido. La casa de los Misioneros, donde vivía, queda en Bosa, un barrio pobre de Bogota. Mi trabajo era la asistencia en un jardin de niños, por la mañana, y enseñar inglés a niños ya un poco mayores, por la tarde. El trabajo me gustó, aunque el trabajo en el jardin puede cansar mucho.


En Enero vino mi hermano a visitarme y nos fuimos a viajar por el pais y conocimos muchas partes de Colombia.

Después de este viaje, en plan de ampliar mi experiencia, me cambié a vivir a una casa con una familia conocida de los Misioneros de Mariannhill, que también me recibieron muy bien. Con un joven de esta familia, conoci la vida de los estudiantes y me parecio interesante el poder asistir a unas clases de ingeneria en la Universidad donde estudia el joven con el que convivia en su casa.

En Marzo comenzé otra etapa de esta experiencia y llegué a Montañas del Totumo; un pueblo pequeño en los llanos orientales de Colombia. Los Misioneros de Mariannhill son los que atienden estas comunidades desde hace unos ocho años. Desde el primer dia me gusto mucho el Llano; hace calor y se juega mucho al fútbol. Allá, mi trabajo consistía en ensenar inglés en el colegio del pueblo y convivir con los jóvenes; todos los estudiantes se portaban bien conmigo.

En total, ha sido una experiencia muy bonita y he hecho muchos amigos. He tenido mucha libertad de actuación y nunca he sentido aburrimiento. Personalmente, me ha servido mucho la experiencia. Además del contacto con otras personas y las buenas amistades que he hecho, siento que ahora tengo mas confianza en mí mismo que antes. Lo que más me impacto fue ver que también se puede vivir de una manera muy diferente, como en los Llanos, sin internet y sin tecnologia, pero aun asi uno esta super feliz.
Paul Sökler Sánchez»
© Fotos: Paúl Sökler y CMM-Colombia.


























