
07 Feb Carta del Superior General, P. Damian Weber CMM: “El Padre Engelmar Unzeitig, Mártir” (Roma, 22-I-2016)
La mayoría de nosotros recordará la siguiente escena: «Annuncio vobis gaudium magnum» [Os anunciamos una gran alegría]: Tenemos un Papa… y, luego, después de una pequeña pausa: «y su nombre es…», cuando se anuncia la elección de un Papa a todo el mundo.
¡Soy consciente de que toda comparación se queda corta, pero esto es lo que siento hoy! Estoy lleno de gozo y necesito anunciar en voz alta, que sea escuchado por todos los miembros de nuestra Congregación, por toda la Iglesia y por el mundo entero: ¡Alégrate, porque el 21 de enero 2016 el Papa Francisco ha declarado que el Padre Engelmar Unzeitig, un miembro de la Congregación de los Misioneros de Mariannhill, es un mártir! Por tanto, en breve, en una fecha aún no determinada, podremos celebrar su beatificación. Comunicaremos los detalles tan pronto estén disponibles.
Cuando el Padre Engelmar murió en 1945, tenía sólo 34 años de edad y llevaba seis años de sacerdote. Cuatro de esos seis años los pasó en el Campo de Concentración de Dachau.
El 21 de abril de 1941 fue detenido por la Gestapo (policía secreta nazi) y seis semanas después fue confinado en el Campo de Concentración. Poco después, el 11 de enero de 1942, escribió en una carta: «Espero ser capaz de hacer aquí una pequeña contribución en traer el mundo a casa a la casa del Padre«. Esto, para mí, no es simplemente la expresión de un ardiente corazón misionero, sino la manifestación de una unión intencional y deliberada con Jesucristo, que dijo acerca de sí mismo a Nicodemo «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna«. (Juan 3:16).
Bajo las condiciones inhumanas del Campo de Concentración, el Padre Engelmar realizó sus tareas diarias con increíble ecuanimidad y, constantemente buscó, al mismo tiempo, cualquier oportunidad para ayudar y apoyar a sus compañeros de prisión. En secreto aprendió ruso para acompañar a los prisioneros de guerra rusos y compartió porciones de su pequeña ración de comida con otros más necesitados… y, así, a nadie sorprendió que fuera uno de los primeros en ofrecerse voluntario para trasladarse a los barracones infectados, donde cientos murieron de tifus sin tratar y donde, finalmente, también murió el Padre Engelmar.
Y ahora, el Papa Francisco ha declarado oficialmente que nuestro hermano murió como un mártir. Kurt Koch dice: «El martirio cristiano no es sólo la vida del misterio de la Eucaristía, sino también y sobre todo, la voluntad de integrarse existencialmente en el propio misterio y que de esta muerte sacrificial surja una nueva vida«. Y esto, dice Koch, es el mensaje de los mártires que llegaron a ser totalmente parte del misterio eucarístico[1].
Y creo que este es también el mensaje del Padre Engelmar y su regalo para nosotros: Sobre la base y sobre la fuerza de sus votos perpetuos, siguió a Jesucristo obediente y confiadamente, haciéndose uno con Cristo y su misión, cumpliendo en todo y siempre el plan del Padre «que tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna«.
[1] Cardinal Kurt Koch in a lecture on the persecution of Christians held on 17.11.2015 in Schwäbisch Gmünd, Germany
De esta manera Padre Engelmar vivió sus cuatro años en el Campo de Concentración como un verdadero misionero, un verdadero hijo de Abad Francisco, que no conocía límites en su ardiente deseo de llevar a todo el mundo de regreso a la casa de Dios, al Reino de Dios, que, según él, no conocía fronteras. Pero nuestro hermano, el Padre Engelmar, añade un elemento nuevo y profundo, el espíritu de pequeñez que vemos en la vida de Santa Teresa, la patrona de las misiones: el poder sin pretensiones del pequeño y fiel “SÍ”, sabiendo y creyendo que todo es gracia y que cosa alguna ni lugar alguno son irrelevantes para Dios y su deseo de salvar a todos.
¡Padre Engelmar, hermano querido y maravilloso, ora por y con nosotros para que todos podamos tener el coraje de seguirte y, así, vivir y trabajar por el Reino de Dios, cumpliendo el plan del Padre juntos y en Jesucristo!
P. Damian Weber, CMM
Superior General
[1] Cardinal Kurt Koch in a lecture on the persecution of Christians held on 17.11.2015 in Schwäbisch Gmünd, Germany