
25 Ene El P. Engelmar Unzeitig CMM ha sido oficialmente declarado MÁRTIR por el Papa Francisco (21-I-2016)
Los misioneros de Mariannhill en todas las partes del mundo tenemos un gran gozo en el alma, un gozo que queremos comunicaros a todos vosotros, que formáis nuestra Familia Mariannhill o simpatizáis con ella. Nuestro hermano de congregación, también conocido como el “Ángel de Dachau”, P. Engelmar Unzeitg CMM, ha sido declarado oficialmente MÁRTIR por el Papa Francisco el pasado jueves, día 21 de Enero de 2016.
Como en sus catequesis y homilías denunciaba la persecución de que eran objeto los judíos por parte de los nazis, fue arrestado por la Gestapo en 1941 y enviado al Campo de Concentración de Dachau. Tras incontables peripecias en servicio de la fe y de sus hermanos de cautiverio, como evangelizar activamente a los prisioneros rusos, traduciendo partes del Evangelio a este idioma, o hacer colectas de alimentos entre aquellos a los que sus familias enviaban comida para salvar de la hambruna a los presos más desfavorecidos, finalmente, en 1944, se presentó voluntario para atender a los enfermos de tifus, pudiendo impartir los santos sacramentos a cientos de enfermos terminales antes de contagiarse y morir, él mismo, de aquella enfermedad.El P. Engelmar nació el 1 de Marzo de 1911 en Greifendorf (Moravia del Este), donde fue bautizado con el nombre de Hubert. El 18 de abril de 1928, comenzó su formación en la escuela de Mariannhill en Reimlingen y en Abril de 1934 comenzó el noviciado en el centro misionero de St. Paul, en los Países Bajos, donde profesó votos religiosos con el nombre de Frt. Engelmar. Estudió la filosofía y la teología en Würzburg, donde fue ordenado sacerdote en 1939. Tras su ordenación sacerdotal, fue destinado como párroco a Glöckelberg.
Como en sus catequesis y homilías denunciaba la persecución de que eran objeto los judíos por parte de los nazis, fue arrestado por la Gestapo en 1941 y enviado al Campo de Concentración de Dachau. Tras incontables peripecias en servicio de la fe y de sus hermanos de cautiverio, como evangelizar activamente a los prisioneros rusos, traduciendo partes del Evangelio a este idioma, o hacer colectas de alimentos entre aquellos a los que sus familias enviaban comida para salvar de la hambruna a los presos más desfavorecidos, finalmente, en 1944, se presentó voluntario para atender a los enfermos de tifus, pudiendo impartir los santos sacramentos a cientos de enfermos terminales antes de contagiarse y morir, él mismo, de aquella enfermedad.
Es en esta abnegada e incansable actividad en servicio de los más necesitados, donde comenzó a brillar su fama de santidad y donde el resto de los presos comenzaron a conocerle como «El Ángel de Dachau».
El P. Engelmar Unzeitg murió de tifus el 2 de Marzo 1945, pocos días antes de que fuera liberado el Campo de Concentración de Dachau por las tropas aliadas. Sus restos mortales fueron incinerados en solitario, de manera clandestina, debido a su fama de santidad, y sus cenizas sacadas, clandestinamente también, del Campo de Concentración y enterradas en el cementerio principal de Würzburg, donde permanecieron hasta que terminó el peligro nazi. Desde 1968, una urna con sus cenizas está enterrada en una capilla lateral de iglesia del Sagrado Corazón, de los Misioneros de Mariannhill en Würzburg.
En 2009, el Papa Benedicto XVI reconoció las virtudes heroicas del P. Engelmar y lo declaró Venerable Siervo de Dios. En septiembre de 2011, el Obispo de Würzburg, Mons. Friedhelm Hofmann, abrió un método adicional para la prueba del martirio del P. Engelmar, que pasó la fase diocesana en Mayo de 2012 y fue elevado a Roma para someterlo a la Congregación para las Causas de los Santos, que ha reconocido ahora, por medio de decreto, la realidad martirial del P. Engelmar: «MARTIRIO: Venerable siervo de Dios Engelmar Unzeitig (en el siglo Hubert), alemán, sacerdote profeso de la Congregación de los Misioneros de Mariannhill, nacido en 1911 y asesinado por odio a la fe en 1945». Ahora sólo nos queda aguardar la fecha concreta de su beatificación.
De entre las numerosas cartas que el P. Engelmar escribió desde su cautiverio en Dachau y que se han ido publicando en la revista “Familia Mariannhill”, queremos quedarnos hoy con un fragmento de una de ellas, un fragmento que podemos considerar, sin lugar a dudas, su testamento espiritual:
«El amor multiplica las fuerzas, inventa cosas, da libertad interior y alegría… los rayos cálidos del sol que es el amor del Padre bueno son más fuertes y al final triunfarán. Lo bueno es inmortal y la victoria debe ser de Dios, aunque a veces parezca tarea inútil extender el amor de Dios en el mundo. De cualquier forma, el corazón del hombre desea el amor; al final nada se resiste a la fuerza del amor, con tal de que esté basado en Dios y no en las criaturas. Sigamos haciendo lo posible y ofrezcamos sacrificios para que el amor y la paz reinen pronto, otra vez».
P. Juan José Cepedano Flórez CMM. Misionero de Mariannhill