
29 May Candelaria [2 de Febrero de 2014]
La fiesta litúrgica del 2 de Febrero en cierra de manera condensada el patrimonio carismático de Mariannhill. No en vano ha venido a ser la solemnidad principal de nuestra Congregación. Dicho patrimonio se apoya en tres pilares: 1. Mariannhill encuentra en esta fiesta el núcleo de su espiritualidad; 2. Mariannhill reafirma en esta fiesta su vocación misionera; 3.
Mariannhill renueva en esta fiesta su consagración religiosa. Como solemos hacer cada año, los misioneros de Mariannhill en España nos reunimos en Salamanca para celebrar juntos esta solemnidad. Temprano, en la mañana del día 2 de Febrero, celebramos en comunidad una eucaristía, en la que seis Fratres de votos temporales renovaron su consagración religiosa por otro año más. En esa misma celebración todos los miembros de la Provincia confirmamos nuestra consagración religiosa, a fin de mantener el frescor de nuestro amor a Cristo, a la María, a la Iglesia y a la Congregación. A la caída de la tarde, en la puerta de nuestra capilla, fueron bendecidas las candelas. Con ellas en las manos y acompañando la imagen de la Madre de Mariannhill, fuimos en procesión desde la capilla hasta el templo parroquial de Ntra. Sra. de Fátima. Allí celebramos la misa solemne. El templo estaba lleno de fieles. Al final de la celebración el Superior Provincial agradeció a todos los fieles su presencia y su cercanía a Mariannhill y su obra, invitando a todos a comenzar aquella otra procesión, que transcurre por las calles del trabajo, de la escuela, de la política, de la economía, de la plaza pública, de la vida social, del hospital, del mercado, del negocio, de la familia, de la diversión. En esta otra procesión no llevaremos una candela encendida en la mano, pues nosotros mismos estamos llamados a ser luminarias de genuina cera cristiana, que al irse consumiendo, van repartiendo luz y calor allí donde nos encontremos. Jesús es la luz destinada a alumbrar a las naciones. Pero Jesús alumbra a las naciones desde los brazos de María, quien, habiéndolo recibido, nos lo presentó y nos lo entregó. Ha sido María quien ha levantado ante nuestros ojos la Luz de Jesús, para seguidamente ponerla en nuestras manos y en nuestro corazón. Y este modo de proceder de María se ha convertido en norma fundamental de actuación para los que hemos recibido la Luz de su Hijo. Como si de una carrera de relevos se tratara, María nos ha pasado el testigo de la Luz, para que nosotros, a su vez, lo pasemos a otros. Sobre nosotros pesa la gozosa tarea de seguir presentando y entregando la Luz de Jesús a las naciones. Si nos parece que esta formulación es demasiado pretenciosa, lo podemos decir de manera más sencilla. Estamos llamados a ayudar a María, para que ella pueda seguir presentado y entregando la Luz de Jesús a todas naciones.
P. Lino Herrero Prieto CMM
Misionero de Mariannhill
]]>