De por vida al servicio de la misión









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© ARCHIVO CMM [España]

El pasado 19 de marzo, IV domingo de Cuaresma, en las vísperas de la celebración trasladada de la solemnidad de San José, dos jóvenes misioneros de Mariannhill, los Frts. Jared Ouma Onyango Omondi CMM y Bongani Ndlovu CMM, emitieron sus votos perpetuos en el seno de la Congregación, poniéndose así, de por vida, al servicio de la misión.

        La celebración tuvo lugar en el templo de la Parroquia de Ntra. Sra. de Fátima en Salamanca [España].

        Caía la tarde del 19 de marzo del 2020, IV Domingo de Cuaresma. Por esa coincidencia, la solemnidad de San José había sido trasladada al día siguiente. El tiempo bastante agradable, anunciando la inminente llegada de la primavera.

        A las 19.30 h. comenzaba la celebración de la Eucaristía, en la que dos jóvenes misioneros de Mariannhill iban a consagrarse de por vida a Dios, profesando bajo voto los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.

        Arropados por sus hermanos de Congregación en España, por algunos sacerdotes y por algunos amigos, compañeros y fieles, los Fratres Jared Ouma Onyango Omondi CMM y Bongani Ndlovu CMM profesaron sus votos perpetuos como misioneros de Mariannhill.

        Después de la homilía tuvo lugar el rito de la profesión perpetua, siguiéndose los pasos marcados por el Ritual. Fueron llamados por su nombre propio y respondieron con prontitud a la llamada. Contestaron a las preguntas del escrutinio que les hizo el Superior Regional, afirmando querer consagrarse, observar los tres votos a imitación de Jesucristo y de la Virgen María, esforzarse en alcanzar la caridad perfecta siguiendo el Evangelio y la Regla de Mariannhill, gastar la vida en servicio al pueblo de Dios. El interrogatorio se cerró con la petición del Superior Regional: “Dios que comenzó en vosotros esta obra buena, Él mismo la lleve a término hasta el día de Cristo Jesús”. Siguió el canto de las Letanías, pidiendo así la intercesión de los Santos por los que se disponían a profesar. Luego cada uno de los profesos, con un cirio encendido en la mano, leyó la fórmula de la profesión, redactada de su puño y letra. Terminada la lectura de la misma, cada uno la rubricó con su firma. Acto seguido el Superior Regional leyó la larga y bella composición que contiene la bendición solemne o consagración de los profesos. El rito terminó con esta declaración por parte del Superior Regional: “Públicamente ratifico que formáis parte de nuestra comunidad y sois miembros de esta Congregación de los Misioneros de Mariannhill, para que desde ahora todo lo tengáis en común con nosotros. Desempeñad fielmente el ministerio que la Iglesia os encomienda y ejercedlo en su nombre”.

        Siguió luego la celebración de la Eucaristía. Al final de la misma, los presentes pudieron dar la enhorabuena a los que acababan de profesar y compartir con ellos un rato de distendida charla en uno de los salones de la parroquia, mientras se ofrecía la posibilidad de tomar un refresco y degustar un pincho.

        Queridos Jared y Bongani: Adelante, pues, confiando en el Corazón de Cristo, Luz de los pueblos, dando la mano a María, la buena madre de Mariannhill y a Santa Ana, nuestra patrona. Adelante, pues, amparados por San José, protector de esta familia misionera, que tiene además en San Benito a su primer padre. Adelante, pues, inspirados por los Patronos de las misiones, San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús. Adelante, pues, aleccionados por el ejemplo heroico de nuestro hermano el Beato Engelmar.

P. Lino Herrero Prieto CMM

Misionero de Mariannhill

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