«El carisma de los Misioneros de Mariannhill es un don de la gracia consistente en todos los elementos espirituales y religiosos, misioneros e históricos, que hemos recibido como nuestro legado específico y más precioso desde el momento de nuestra fundación y el desarrollo posterior de Mariannhill y sus misiones con el propósito de orientación.

Ciertos componentes de este carisma han determinado la naturaleza y actividades (objeto) de nuestra comunidad en el pasado y deben continuar caracterizándolos también en el futuro.

Estas son las características que le dan un rostro y un perfil, una identidad  por la que se puede distinguir de manera tangible de otras comunidades religiosas y que, a su vez, le permiten la creación de un clima social en el que cada miembro puede experimentar el parentesco espiritual y sentirse "en casa" en todas nuestras casas.

Nuestro carisma está definitivamente marcado, por ejemplo, por la actitud misionera y apostólica característica del Abad Francisco Pfanner, un hombre que arde en Dios y lleno de iniciativa, así como de otros misioneros modelo de Mariannhill (quizás, también, de ciertos métodos misioneros probados).

Otras características son: un cierto estilo de vida, fielmente practicado por nuestros "antepasados" y comúnmente encontrado en nuestras comunidades, de forma sencilla y sin pretensiones y, además, algunos principios y consejos de origen benedictino, capaces de estimular y enriquecer nuestra vida espiritual, sobre una base personal y comunitaria, y una cierta espiritualidad mariana (S. Bernardo) y el amor al silencio, privado y comunitario, que forman parte de nuestra herencia cisterciense y son propicias para vivir en la presencia de Dios.

"El carisma precede a las Constituciones y Reglamentos...”

(P. Yves La Fontaine CMM: "Carisma CMM - Identidad y Espiritualidad").

        Congregación de los Misioneros de Mariannhill

    "Mejores campos, casas, corazones"