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En 1879, un obispo de África del Sur (Monseñor Ricards) pidió a los Abades y Priores trapenses, reunidos en Capítulo General, la fundación de una comunidad contemplativa en aquella parte del mundo. El entonces Prior del Monasterio de Maria Stern, en Bosnia, Padre Francisco Pfanner, con casi 55 años de edad, se ofreció voluntario para fundar una Trapa en África del Sur: “Si nadie va, iré yo”.
-Habla el Abad Francisco: «Mientras san Agustín salió de Roma, yo salí de Bosnia. Él fue enviado por el Papa Gregorio Magno. Yo recibí la misión del Papa Pío IX. Él desembarcó con cuarenta monjes en Inglaterra, yo en África del Sur con treinta. Fueron san Fridolin y San Columbano quienes llevaron la fe a Alemania y al Norte de Francia…, y todos estos misioneros fueron monjes. Construyeron monasterios y evangelizaron».
Poco después, acompañado de un grupo reducido de monjes que le siguió, con pocos medios y mucha fe, fundó la Trapa de Mariannhill (“Colina de María y de Ana”) el 26 de Diciembre de 1882. De ella llegó a ser su primer Abad y desde ella dirigió la fundación de 28 estaciones filiales de misión en el tiempo récord de veinte años.